Quejas: disfunción eréctil, nocturia, absceso de la próstata.
Diagnóstico: prostatitis crónica.
A los 58 años me volví casi impotente, conseguía una buena erección sólo con la ayuda de una gran dosis de ᴠɪɑɡгɑ. Pero mi corazón apenas soporta esas dosis, eso es muy peligroso para la salud. Tuve más quejas, pero no tan importantes: Iba al baño muchas veces por la noche, a veces me dolía en la ingle, a veces notaba dolor al orinar. Pero no le daba mucha importancia. Pensé que en mi edad eso era normal. Hasta que a los años 60 tuve un absceso de próstata. Gracias a dios y a los médicos la pus no se metió en la sangre y no tuve que operarme, tan sólo estuve tres semanas con antibióticos, cuentagotas e inyecciones en el ano. Los médicos me explicaron que la prostatitis crónica sin tratar se agudizó y se convirtió en absceso de próstata. En fin, hice un tratamiento con Uroxel. Después hice unos análisis, pase por unas pruebas, y el médico dijo que la próstata está sana y que no tengo inflamación. Y aquí me aguardaba una increíble sorpresa... recuperé mi potencia. Resulta que mi impotencia no era por la edad, sino por la prostatitis. ¡Y cuando la prostatitis se fue, la potencia volvió! Es como si volviera a mi juventud, me siento 30 años más joven, tengo más energía y confianza en mi mismo. ¡La vida va mejorando!